¿Qué es la novela policíaca?
La novela policíaca es un género narrativo en donde la trama
consiste en la resolución de un misterio de tipo criminal. El protagonista en
la novela policíaca es normalmente un policía o un detective, consigue
finalmente averiguar cómo, dónde, por qué se produjo el crimen y quién lo
cometió.
El género policíaco nació en el siglo XIX con Edgar Allan
Poe, al crear al detective Auguste Dupin en su relato Los crímenes de la Calle
Morgue. Dupin fue el primer detective de ficción, el cual sirvió de modelo a
Arthur Conan Doyle para dar vida al “más famoso detective de todos los
tiempos”: Sherlock Holmes, que constituye el protagonista arquetípico de las
novelas policíacas. Doyle, junto a Agatha Christie, fundó lo que se conocería
como la escuela británica de novela policíaca.
Con el paso de los años, la novela policiaca evolucionó
hacia formas narrativas más complejas, la resolución del misterio dejó de ser
el objetivo principal de la obra, quedando en primer plano la denuncia social y
un intento de comprender los conflictos del alma humana.
Estructura de la
novela policíaca
La literatura de este género se estructura de la siguiente
manera:
Un detective con una especial capacidad para ajustar los
hechos que se desarrollan en el mundo a cadenas lógicas de causas y efectos.
Conduce al juicio de este personaje a explicar el enigma en cuestión.
Esta manera de abordar y conocer los hechos ocurridos en el
mundo, aludirá entonces a objetivaciones de carácter racional, las que a su
vez, suponen y se proyectan en un mundo que también funciona bajo aquellos
estrictos parámetros de racionalidad. Por lo cual, y gracias a esa peculiar
agudeza de mente, el detective tradicional no necesita involucrarse mayormente
en los hechos que rodean a un crimen. Pues con sólo unir las evidencias que le
harán llegar desesperadas víctimas o inoperantes policías, es capaz de resolver
el caso en cuestión.
Tal característica a su vez genera una feroz distancia entre
este impersonal personaje y el lector (quien también entra en el juego de
solucionar los enigmas que le ofrece la historia). Por lo que usualmente
existirá un tercer protagonista en el relato policial: el circunspecto y cortés
ayudante del investigador. Personaje que cumple la doble función de
personificar al hombre común de la calle, en su lastimoso intento por deducir
los hechos a la par que el detective, y a la vez, de narrar en su persona, como
el testigo privilegiado que es, los acontecimientos en la medida que se
suscitan.
El detective clásico tiende a situarse fuera del mundo,
instalando su centro de acción al interior de su despacho o gabinete.
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